Janneke Schopman

El equipo dirigido por Craig Parnham y Janneke Schopman llevó a las mujeres del equipo nacional de EEUU de un triste 12avo. lugar final en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 a una clasificación en el quinto lugar del ranking, alardeando derechos sobre Argentina en los Juegos Panamericanos 2015 y una medalla de bronce en el Champions Trophy de 2015. No está mal para poco más de tres años de trabajo.

Ahora Parnham ha dejado el grupo y Janneke Schopman, la holandesa olímpica de conversación frontal, ha tomado las riendas. Ella está determinada a mantener lo que hizo famoso al equipo de Estados Unidos –que nunca se entregan. Esto seguirá siendo la filosofía fundamental de su equipo, a pesar de algunos cambios de personal dentro de las filas.

Pero otro papel que Schopman asumió, aunque no por elección, es la de modelo para aquellas mujeres que desean entrar en el circuito del coaching de alto rendimiento.

De los 20 equipos top nacionales de hockey femenino, hay solo tres que tienen entrenadoras mujeres y algunas entrenadoras asistentes. No hay ninguna mujer entrenadora ni entrenadora asistente femenina en ninguno de los 20 equipos top masculinos.  

Tres, es un gran avance respecto a cómo eran las cosas hace un año. A principios de 2016, la ex jugadora internacional australiana, Alyson Annan era la única que portaba la bandera femenina dentro de los equipos de elite. Es la head coach del equipo femenino de Holanda, número uno del mundo. Desde entonces se han sumado dos Olímpicas holandesas, Ageeth Boomgaardt, que entrena a las panteras rojas de Bélgica y Janneke Schopman, entrenadora del equipo nacional Femenino de Estados Unidos.

Es con la más nueva recluta del club de elite de entrenadoras femeninas, Janneke Schopman, con quien hablamos de lo que significa ser head coach y porque piensa que hay tan pocas entrenadoras femeninas en ese papel.

Schopman formó parte del equipo de hockey de Holanda que ganó el oro olímpico en 2008 y oro en la Copa del mundo en 2006. Ella fue designada entrenadora asistente del equipo de Estados Unidos en 2013 y fue promovida a Head Coach a fines de 2016. Como ella explica, el coaching es algo que siempre ha querido hacer y aún en su adolescencia tenía ambiciones de ser algún día una entrenadora internacional.

"Comencé a entrenar cuando tenía 18 años y me retiré del juego internacional cuando tenía 33. El coaching es parte de mi vida y algo que me encanta hacer. Para mí, ser una entrenadora mujer nunca fue el reto. Cuando yo era jugadora, tuve compañeras que decían que preferían ser entrenadas por un hombre en lugar de una mujer, pero cuando se les preguntó 'por qué', realmente no sabían, es sólo un sentimiento que tenían."

Aunque Schopman no quiere profundizar en las especificidades de las inequidades de género en el coaching de hockey, reconoce que existen problemas en algunas partes del mundo.

"En otras partes del mundo, no sé por qué la mujer debe luchar para alcanzar la posición de Head coach. Creo que se trata de una elección personal, ciertamente muchas de las jugadoras que conozco solo quieren seguir otra carrera cuando dejan de jugar"

Schopman explica que, aunque los entrenadores hombres y mujeres difieren en la forma que operan; cuando se selecciona a un entrenador el foco debe ser reestructurado para tener en cuenta las preferencias de los atletas. "Por supuesto hay algunas diferencias en la forma en que entrenan los hombres y las mujeres, pero creo que la diferencia más grande se encuentra entre los entrenadores de cualquiera sexo, y si prefieren entrenar hombres o mujeres. Es la naturaleza del grupo a entrenar más que el estilo del entrenador donde se produce la mayor diferencia".

Ella amplía este punto: "como mujer se puede tener una ventaja, porque entiendes a las mujeres un poco mejor. Del mismo modo un entrenador masculino podría entender mejor a los hombres. Pero no creo que necesariamente se necesite 'entender' cómo piensan los hombres y las mujeres, basta con entrenarlos y obtener resultados.

"Creo que como jugadora sólo quería al mejor entrenador, hombre o mujer. Yo sólo quería que me enseñe a hacer las cosas y que me explicaran por qué las estaba haciendo. El conocimiento era lo importante para mí. Es lo que quiero transmitir a mis jugadoras ahora".

El hockey en Estados Unidos, está en una posición única ya que muchos de los equipos universitarios tienen entrenadoras mujeres. Esto contrasta con otros deportes donde generalmente, según las cifras publicadas el año pasado por la Women’s Sports Foundation, estas demostraron que sólo el 23 por ciento de los equipos de todos los deportes tenía una entrenadora mujer.

Schopman siente que este buen número de mujeres entrenadoras en el hockey se relaciona con el hecho que el deporte en los Estados Unidos es predominantemente un deporte femenino, y que hay un camino claro para las mujeres que dejan de jugar y pasan al coaching.

De la designación en su rol como Head coach, Schopman se muestra positiva y dice: "es un gran honor para mí haber sido designada como Head Coach, era algo que siempre soñé después que me retiré como jugadora y, sí, es una gran oportunidad para mí en este momento".

El aprendizaje de Schopman para el rol, fue de tres años como asistente de Craig Parnham, ex jugador de hockey sobre césped de Gran Bretaña y entrenador que se unió al cuerpo técnico de Estados Unidos en 2012. Entre Parnham y Schopman ayudaron a Estados Unidos a subir en el ranking mundial al quinto lugar, ganar la medalla de oro en el Champions Challenge en 2014; la Medalla de oro en los Juegos Panamericanos 2015– un partido en el que vencieron al número dos del mundo, Argentina en un emocionante encuentro – y a ganar la medalla de bronce en el Champions Trophy de 2016. En cada ocasión el equipo rindió por encima de su nivel y ascendió en el ranking.

"Aprendo cada día de la gente que me rodea", dice. "Fue genial estar cerca de Craig, era muy fácil hablar con él y sentí que siempre pude entrar a su habitación para hacer preguntas o dar una sugerencia. Eso es algo que definitivamente quiero lograr como head coach. Quisiera que las personas, ya sean parte del cuerpo técnico o jugadores, sientan que pueden expresar su opinión libremente."

Después de entrevistar a Janneke Schopman, la impresión primordial es que es una mujer para quien la vida es una serie de respuestas, blanco y negro. Ella admite que a veces puede ser impaciente, "trato de trabajar en eso" y a pesar de los varios intentos para que admita las desigualdades de género en el coaching, su opinión al respecto simplemente se basa en su propia experiencia – no es un problema con el que se ha encontrado y por lo tanto ella no tiene una opinión formada al respecto.

Lo que está claro es que ella seguirá la tradición del equipo de EEUU, un equipo de hockey trabajador y honesto. Es un espíritu que les ha dado amigos en todo el mundo del hockey y no es algo que va a cambiar durante el reinado de Schopman.

Esto no quiere decir que los próximos meses no sean un desafío. Para empezar, algunas de las incondicionales del equipo se retiraron tras los Juegos Olímpicos de Río, en particular la capitana del equipo Lauren Crandall y la defensora de primera clase Rachel Dawson y Schopman dice que es probable que esto le cause algunos dolores de cabeza.

"Hubo algunos retiros que nos generarán desafíos en el futuro próximo ya que actualmente el equipo no tiene la profundidad para hacer frente a esto," es su evaluación honesta.  "Hay talentos en el M-21 llamando a la puerta, pero en cuanto a la profundidad del plantel probablemente necesitemos algo de tiempo. Pero siempre sabes que Estados Unidos es un equipo que lucha por cada metro en el campo y reflejarán esto ante todos los equipos que se enfrentan."

Puede que Janneke Schopman no esté tocando tambores para sumar más entrenadoras mujeres, pero a su manera, altamente profesional, se ha convertido en un modelo a seguir para cualquier aspirante a entrenadora.