Argentina, medallistas de oro olímpico

Los Juegos de Rio fueron los primeros Juegos Olímpicos en celebrarse en territorio sudamericano y la participación de 5 equipos del continente fue una gran oportunidad para que la Federación Continental mostrara a sus seguidores locales el desafío, la habilidad y la dramática naturaleza de nuestro deporte.

La esperanza fue alta, particularmente entre los dos equipos femeninos ubicados entre los 10 primeros del ranking mundial, Las Leonas de Argentina y el equipo de EEUU, mientras que el equipo masculino brasileño esperaba pisar el campo para su primera experiencia olímpica. El equipo “caribú rojo” canadiense retornaba a los Juegos Olímpicos tras una ausencia de ocho años, mientras que, para los varones de Argentina, este era el momento para consolidar el ascenso en el ranking que escalaban desde el 2012, donde habían terminado 10 º en los Juegos Olímpicos cayendo al 11 º en el orden mundial.

Ahora que se ha asentado el polvo en Río y las luces en el estadio de Deodoro se han atenuado, es el momento para reflexionar sobre lo que realmente sucedió cuando los cinco equipos entraron a la cancha, para rendir homenaje a un genio como es el entrenador Carlos Retegui, el poder y precisión de Gonzalo Peillat, la acrobacia de Juan Vivaldi y la astucia y el liderazgo de Pedro Ibarra.

Porque esta vez no fueron las mujeres sino sus contrapartes masculinas de Argentina, séptimos en el ranking mundial, quienes gobernaron la supremacía y enorgullecieron al continente. A lo largo del torneo Los Leones mostraron su fortaleza, la disciplina y la gran habilidad antes de dominar y anular la amenaza de los leones rojos de Bélgica en la final. El resultado, una nación encantada, jugadores eufóricos, el entrenador que bailaba alrededor del estadio cargando un jugador lesionado en los hombros y el meteórico ascenso a la segunda posición en el ranking mundial.

El Director de deportes de la FIH, David Luckes resume el impacto que los varones de Argentina podrían tener sobre el futuro del hockey en el continente cuando dice: "la final fue magnífica. El triunfo argentino abre un nuevo mundo de oportunidades en América del sur y también disipa la percepción del deporte como europeo o del Commonwealth. La pasión de la multitud fue tal que duplicamos la seguridad para que esta exuberancia no recayera 'sobre' el terreno de juego. El ambiente fue digno de una nación cuya psiquis es para el deporte de equipo y buscando el premio mayor para una orgullosa nación."

¿Entonces, cómo se desarrollan los partidos y qué papel hicieron los equipos PAHF?

Para Las Leonas, este fue un torneo que es mejor olvidar. El equipo azul y blanco llegó al evento como el segundo favorito tras regresar de una victoria en el Champions Trophy 2016 en Londres y de la victoria en la Final de la Liga Mundial de Hockey en Rosario en el año 2015. Eran aquellas que había golpeado al número uno del mundo, Holanda, en Londres pocos meses atrás [en el Champions Trophy]. Esta era otra razón para que la capitana Carla Rebecchi y su equipo sintieran confianza.

Sin embargo, una derrota por 2-1 en el partido de apertura a manos del rival Pan Americano, EEUU en su primer juego, seguido por la caída frente a Gran Bretaña por 3-2 y una nueva derrota por 1-0 a manos de Australia dejó a Argentina en el cuarto lugar del grupo en la etapa clasificatoria. Esto significó el encuentro en cuartos de final con el equipo holandés, que había navegado a través de su grupo, invicto; este fue el partido que muchos expertos de hockey habían imaginado como el final.

Argentina había guardado lo mejor para este partido y el resultado de 3-2 fue el escaparate perfecto para el deporte. Fue un partido de ataque y contraataque por los dos mejores equipos del mundo. Holanda comenzó con una ventaja de 2-0, pero Florencia Habif y Delfina Merino devolvieron la esperanza a Argentina. El tercer gol de Holanda de Jeremy Kelly selló el acuerdo, pero Las Leonas fueron capaces de dejar el torneo habiendo jugado al menos un partido con su habitual brillantez.

Después del partido, Rebecchi dijo: "Estoy tan triste que por no lograr nuestro sueño. Pero a pesar de eso, todavía tengo grandes recuerdos de momentos compartidos. También estoy orgullosa de decir que dimos todo y más por la camiseta de Las Leonas. Así es el deporte y todo es parte del proceso de aprendizaje. Estoy tan orgullosa de ser argentina. '

En marcado contraste con sus vecinos de la PAHF, el equipo de Estados Unidos tuvo el más brillante de los comienzos. Llegó al evento clasificado quinto en el mundo, pero muy pronto anotaron victorias sobre sus opositores, Australia y Argentina, ubicados por encima en el ranking. Tuvieron más victorias, sobre Japón y la India que significó que Craig Parnham y su equipo terminaran posicionados al tope para el partido final de su Grupo.

Contra Gran Bretaña, el otro equipo invicto en su grupo, las cosas empezaron a complicarse. Quizás fue el intenso ritmo de trabajo que EEUU había empleado en sus juegos anteriores o el factor que se enfrentaba con una de las mejores defensas del torneo, que lo dejó incapaz de controlar el juego como lo había hecho anteriormente en su grupo. Estados Unidos tomó la iniciativa a través de Michelle Vitesse, pero dos goles de GB, acompañados por una sólida actuación de la portera, Maddie Hinch vieron la amenaza de EEUU extinguida.

El resultado significó que Estados Unidos se enfrentó a Alemania en los cuartos de final, pero con las alemanas ubicadas novenas en el ranking, esta era una oportunidad clara de Estados Unidos para llegar a las semifinales. Como mostró el marcador final en 2-1, esto no fue así. Alemania es un equipo duro y su entrenador Jamilon Muelders, un maestro táctico. Alemania golpeó duro a Estados Unidos en los primeros minutos y tomó una ventaja de 2-0 al llegar al descanso de medio tiempo. El equipo europeo entonces estableció una sólida defensa y se dedicó a quebrar el ataque de Estados Unidos respondiendo con contraataques. Estados Unidos logró un gol, pero no pudo encontrar el esquivo tanto para igualar.

En la rama masculina, Canadá encontró que la oposición estaba sólo unos pasos por delante en términos de experiencia en este nivel. Asi fue como, el equipo canadiense anotó en todos sus juegos y forzó un empate 2-2 con India, clasificado 10 puestos por encima de ellos. Un demoledor 7-0 a cargo de Holanda fue un punto bajo para el caribú rojo, así como la caída por 4-2 frente a Irlanda, pero los goles contra Alemania y Argentina sin duda son señales de que este equipo tiene algo más en el armario.

Hablando para el “National Post”, el capitán y máquina goleadora Scott Tupper, dijo que a pesar que Canadá no tiene la profundidad de jugadores para competir con los mejores equipos, esto es algo que nunca utilizaría como excusa. "Estamos realmente orgullosos de nuestra capacidad para calificar para torneos como éste y estamos aquí para mostrar que podemos competir sin importar si el que compite es un pequeño país o una gran nación. Si juntas esto en el día indicado, tienes una oportunidad de un resultado”.

La obtención de un resultado habría sido un sueño hecho realidad para Brasil el país anfitrión y los cinco minutos que los Samba Sticks estuvieron al frente ante Gran Bretaña en el partido del Grupo fue uno de los momentos más ruidosos de la competencia. Pese a caer pesadamente frente a Australia, Nueva Zelanda, Bélgica, España y Gran Bretaña el equipo avanzó siete lugares en el ranking y el estadio de Deodoro ahora ofrece el potencial de grandes cosas por venir para el deporte en este país. ¿Puede el hockey desafiar el fútbol en el corazón de los brasileños? Ese momento está aún lejos, pero el equipo de hockey ciertamente ya puso la bocha a rodar.

Y así también lo hizo el ganador de medalla de oro. Argentina empezó su campaña con un comienzo lento. Un empate con Holanda, una derrota frente a India, un empate con Alemania, esto fue apenas algo de lo realizado por los campeones. Pero Los Leones cocinaban a fuego lento y a medida que avanzó el torneo los argentinos se entonaron.

Frente a España en cuartos de final, Argentina trabajó hasta el pitido final. Luego de la definición en el minuto 15 por medio de un corto de Gonzalo Peillat, España empató en el minuto 57. Argentina no entró en pánico y Juan Gilardi fue quien convirtió con unos pocos segundos en el reloj.

Si Argentina fue obligado a trabajar para llegar a cuartos de final, navegó positivamente a las semifinales. Los opositores fueron el campeón olímpico, Alemania, pero Argentina – y Peillat en particular – no prestó ninguna atención a reputaciones pasadas. Llegado el medio tiempo Argentina aventajaba 3-0 y Peillat tenía ya su ' hat-trick. Cada disparo había ido más allá de la mano derecha de Nicolas Jacobi, el portero se había tirado bajo y los alemanes buscaban la sombra imperial de sí mismos. Joaquín Menini y Lucas Vila añadieron a la cuenta y, a pesar de los dos goles para Alemania en los últimos 10 minutos, fue una victoria gloriosa que deleitó a la multitud y sorprendió a los analistas de hockey.

La medalla de oro fue un territorio desconocido para ambos equipos. Sólo el entrenador Carlos Retegui había disputado una final olímpica antes – como entrenador de Las Leonas cuatro años atrás – y ninguno de los dos equipos había ganado un torneo importante, por lo que este iba a ser historia cualquiera fuera el resultado.

Bélgica tuvo el mejor comienzo, con Tanguy Cosyns marcando con apenas tres minutos en el reloj. Argentina devolvió el golpe a través del capitán Ibarra, antes de que Ortiz y Peillat añadieran los suyos al marcador. Como en la semifinal, Argentina comenzó a controlar el ritmo y el flujo del juego y Bélgica no encontró respuestas. Juan Vivaldi actuó en forma brillante en la meta y el poder de fuego formidable de los leones rojos fue neutralizado durante gran parte del juego. A 15 minutos del final, Boccard anotó para poner el partido en 3-2, pero cuando Bélgica eliminó su portero para un empujón final, Agustín Mazzilli fue capaz de poner la bola en la red vacía y marcar el 4-2.

Los jugadores fueron imparables hasta el pitido final, pero las cámaras se enfocaron en el hombre que había dirigido la campaña, el entrenador Carlos (Chapa) Retegui, cuyo alivio enorme llegó con el pitido final y quedó grabado en su rostro. Hablando después del partido dijo: "me siento super orgulloso de los chicos, los jugadores son una máquina. Tienen sangre en sus corazones, tenemos corazón y ahora hemos entrado en los libros de historia. La diferencia entre ganar y perder es mínima, un segundo, una fracción. Es un premio para el que trabajamos, trabajamos y trabajamos. Esto es un sueño hecho realidad".