Hubo una sensación distintiva americana, en el partido final del Champions Trophy de Hockey femenino en Londres, Inglaterra.

En primer lugar, Estados Unidos dejó sus anteriores actuaciones poco convincentes atrás, para hacerse de la medalla de bronce tras una exhibición de fuerza y coraje al enfrentar al número tres del mundo, Australia; y luego Argentina cautivó a las multitudes y a su oponente – Holanda – con una actuación virtuosa para llevarse su séptimo título

Los partidos se planificaron de forma muy diferente. Para Estados Unidos, se trataba de mostrar su legendaria capacidad para trabajar sin descanso y dar vuelta las cosas, mientras que Argentina se puso en ventaja de 2-0 frente las holandesas, que, aunque lograron anotar un tanto, el campeón nunca pareció ceder.

Después de la final, la capitana de Las Leonas, Carla Rebecchi, quien también recibió el reconocimiento a la mejor jugadora y goleadora, dijo: "hoy fue muy diferente a ayer [cuando Argentina perdió ante Holanda en el partido del grupo] hay algo dentro de nosotras que nos hace jugar mejor en la final. Sabemos que cuando entramos a la cancha para una final tenemos que dar un poco más que en otros partidos. Tenemos que celebrar esta victoria."

Para Rebecchi, levantar el trofeo por tercer año consecutivo se hizo aún más agradable porque regresa después de luchar contra una lesión en la rodilla que había sufrido el año pasado. Con los Juegos Olímpicos de Rio a la vuelta de la esquina, la capitana y su equipo no podrían haber estipulado las marcas más claramente.

Temprano ese día, Estados Unidos parecía que sería batido cuando Australia tomó la ventaja de 2-0 en la primera mitad del juego. Sin embargo, un doble de Katie Bam envió el juego a la competencia de penales y la portera Jackie Briggs se convirtió en la heroína que salvó cinco intentos del equipo australiano. Se trata de la primera medalla de un Champions Trophy desde que ganaron el bronce en 1995. Llegaron al torneo como el equipo rankeado más bajo [7] después de que habían ganado el segundo nivel de la competición, el Champions Challenge, en 2014.

Jugadoras de ambos equipos panamericanos dispusieron de tiempo para hablar acerca de su desempeño en este torneo y sus esperanzas para Rio.

"No fue un torneo perfecto en ninguna forma," dijo la norteamericana Katelyn Falgowski después de haber recibido su medalla de bronce, "pero entramos creyendo que cualquiera puede ser vencido. Hay un principio en nosotras, nunca damos marcha atrás en la lucha y esa incesante presión es difícil para cualquiera"

Es una actitud de la que los equipos de Estados Unidos han estado hablando y demostrando desde que el entrenador Craig Parnham asumió el control después de los Juegos Olímpicos de 2012. Y este equipo tiene una sensación muy diferente respecto al equipo de Estados Unidos que disputó los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Falgowski recuerda esa experiencia con una sonrisa triste: "tuvimos grandes esperanzas al ir a Londres en 2012, salir últimas fue doloroso."

Melissa González, otra veterana de la campaña 2012 está de acuerdo: "No me gusta admitirlo," se ríe, "pero Craig Parnham ha hecho un gran trabajo. Él vio el potencial en nosotras. No pegamos lo que teníamos que pegar en 2012. Sentimos solo un dolor del que nos nutrimos ahora. Si nos sentimos cansadas o doloridas, recordamos ese sentimiento y eso nos da fuerzas para entrenar más duro, jugar más duro."

Ambas jugadoras hablan de la creatividad que Parnham y su equipo, incluyendo el holandés internacional Janneke Schopman, les incorporó. "Craig y Jannie nos han dado riendas sueltas para crear nuestra propia cultura," dijo Falgowski. "Así que eso es algo a lo que hemos llegado por nosotras mismas – creamos un frente unido, la ética de trabajo – y todo se ve en la cancha.

"Traemos todo ese sueño americano a la mesa, pero Jannie y Craig han traído un sentido de propósito a nuestra ética de trabajo. Solíamos jugar los sistemas sin importar lo que pasara, pero ahora tenemos en el pensamiento ir tras el propósito. Tenemos una gran creatividad que quizás no estaba antes allí. Una de las cosas más grandes de Craig es el Coaching para que las cosas ocurran en la cancha. Él no quiere dirigir desde el costado de la cancha, él quiere que nosotras aprendamos, cambiemos y tomemos decisiones. Él ha estado construyendo esto durante los últimos dos años. Él colocó los primeros cimientos para esto y lo estamos trayendo al juego, ahora".

Emily Wold se unió al equipo después de Londres 2012 pero dice que los recuerdos de la debacle movilizan a todo el equipo. "El equipo de 2012 no era tan unido como ahora. Hemos creado esta cultura de unión y la química del equipo está para recorrer un largo camino. No quieres defraudar a tus compañeras de equipo. Es un conjunto colectivo, no se trata de individuos. Pero nosotras todavía estamos trabajando en eso. En este torneo, comenzamos con el pie izquierdo, pero en el partido contra Gran Bretaña [Estados Unidos ganó 4 - 1], hicimos el clic. Había un sentido de conexión desde la entrada en calor, que no se había dado en juegos anteriores".

Es un punto en el que Falgowski está de acuerdo. "No salimos primeras, pero en general esto fue enorme para nosotras. Obtuvimos la Medalla de Bronce jugando con los mejores equipos del mundo y camino a Rio eso te hace sentir bien."

Para Argentina, la medalla de oro en el Champions Trophy dará un impulso enorme a este grupo muy joven. Esto se suma al título de la Liga Mundial de Hockey que ganaron en diciembre. Para Delfina Merino y Carla Rebecchi, esto fue un paso importante en el desarrollo del equipo, porque hay una gran diferencia entre la Argentina de ahora y la Argentina de 2012.

"Lucha fue una gran jugadora, tanto dentro como fuera del campo", dice Merino, cuando reflexiona sobre la brecha que ha dejado el retiro de Luciana Aymar. "Dejó un gran espacio para llenar. Es imposible para cualquier jugadora reemplazar a Lucha, pero nosotras tratamos de arreglar eso como un equipo. Ha sido difícil reconstruir el equipo, pero estamos construyendo un equipo diferente, que hará las cosas de diferente manera."

Rebecchi está de acuerdo: "por supuesto, en Londres 2012 teníamos a Luciana en el equipo. Ella era la mejor, pero también teníamos un equipo que era más adulto y tuvimos bastantes jugadoras con lesiones. Teníamos a Lucha, pero tuvimos muchas lesiones; esta vez, no tenemos a Lucha y no tendremos lesiones, espero."

Con Argentina clasificada actualmente segunda en el mundo y EEUU séptimo, ambos equipos enfrentan el fantasma del campeón Olímpico en Río de Janeiro. Argentina pudo haberles ganado en las dos últimas ocasiones en que los equipos se enfrentaron, pero Holanda es un equipo con los ojos puestos en el premio mayor – un tercer oro olímpico consecutivo. Merino cree que Argentina está más cerca que nunca de montar un desafío. "Ahora somos un equipo que es muy similar al de las holandesas. Trabajan duro, tienen grandes habilidades y tácticas, mueven bien la pelota. Nosotras hacemos todas esas cosas.

«Crean espacios con jugadoras así que tenemos que ser un poco más listas cuando defendemos nuestro círculo. Pero tenemos juegos muy abiertos con ellas. A veces resulta a favor nuestro, como hoy y como en la Final de la Liga Mundial de Hockey, y a veces para ellas.

"Somos un equipo muy joven, pero eso es bueno en muchos sentidos, pues significa que somos capaces de seguir creciendo y aprendiendo. Tenemos grandes delanteras que pueden hacer que las cosas sucedan, pero a veces tenemos que recordar jugar más en equipo y mover la pelota de forma más más efectiva. Estamos bien, vamos por el buen camino.”

Una cosa de que Las Leonas y el resto de la región Panamericana se ha beneficiado ha sido el surgimiento de Estados Unidos. Finalmente, el largo dominio de Argentina en el hockey de la región enfrenta un reto y esto ha sido bueno para ambos lados.

"La rivalidad entre nosotras y Argentina es buena para ambos equipos," dice Falgowski. "Si no te muestras, un equipo como ese te expondrá. Cuando nos enfrentamos sale lo mejor de ambos equipos. Tenemos que llevar esa intensidad a otros partidos contra otros rivales. Argentina nos ha llevado a cambiar nuestro juego."

 Cuando no juegan contra Argentina, las jugadoras del equipo de Estados Unidos se presionan unas a otras en el entrenamiento. González y Wold ríen cuando describen una sesión de entrenamiento. "Es implacable", dicen. "Nos volvemos increíblemente competitivas entre nosotras".

“Encuentro esto difícil de admitir, “dice González pero su equipo siempre vence al mío.”

 Los Juegos Olímpicos de Rio son los primeros juegos a realizarse en América del sur y Estados Unidos y Argentina tendrá gran número de seguidores. "Cuando caminemos hacia la cancha para nuestro primer partido, habrá piel de gallina y lágrimas de felicidad," dice Falgowski.

Merino sonríe mientras dice: "no hay nada mejor que mirar hacia las gradas y ver a familiares y amigos allí. Mi padre y madre ambos jugaron hockey y mi abuela jugó tenis hasta los 80. Ella ahora tiene 89 y todavía viene a los partidos siempre que puede. Cuando sabes que la gente está contigo, no hay nada como eso."

El camino a Rio es cada vez más corto y la emoción de todo el continente se reflejará en el partido inaugural de la competición femenina; el gran desafío Panamericano– Argentina enfrentando a EEUU.