Nancy Mollenhauer

 Veintiocho años atrás, la atleta Nancy Mollenhauer (nacida con el apellido Charlton) recibió uno de los más grandes honores en el deporte. Esta deportista, quien participó dos veces de los Juegos Olímpicos, lideró el contingente de Canadá portando la bandera en la ceremonia de apertura de los X Juegos Panamericanos, de 1987, en Indianápolis, Estados Unidos. Hoy, regresa a los Juegos Panamericanos, esta vez en Toronto, como voluntaria en las instalaciones de hockey sobre césped.

 “Ni bien me enteré que los Juegos Panamericanos se llevarían a cabo en Toronto, pensé que sería una muy buena oportunidad no solo de venir a apoyar a nuestros equipos masculino y femenino, sino también de devolverle a esta comunidad que ha sido increíble en su apoyo con el hockey sobre césped en el país,” dijo Mollenhauer, quien diariamente colabora, como voluntaria, con los oficiales técnicos que manejan los resultados. “Me puse al día con muchas de las muchachas con quienes jugué y ver los rostros de las prometedoras jugadoras nuevas, es estupendo. Realmente lo estoy disfrutando.”

En 1987, la nativa de Victoria, British Columbia, guió a las mujeres del equipo de hockey sobre césped de Canadá a la medalla de bronce, en un año donde Canadá terminó tercero en términos de cantidad de medallas, con 30 de oro, 56 de plata y 75 de bronce.

 “Normalmente no me suelo quedar sin palabras, pero en esta oportunidad me he quedado sin habla,” dijo Mollenhauer acerca de haber sido elegida como portadora de la bandera en los Juegos Panamericanos. “Fue una absoluta y enorme sorpresa y un increíble honor. No lo sabía en ese momento, pero ese fue el año en que el equipo femenino de hockey participaban de los Juegos Panamericanos por primera vez, por eso fue tan especial.”

Paul “Bubli” Chohan es el único otro jugador de hockey sobre césped de haber sido portador de la bandera canadiense en los Juegos Panamericanos. Chohan hizo flamear con orgullo la bandera de Canadá en los Juegos Panamericanos de 1995.

Mollenhauer compitó en los Juegos Olímpicos de 1984 y 1988, donde Canadá finalizó quinto y sexto, respectivamente. Ella fue parte de la dinastía canadiense de los años ’80 que solía estar muy elevada en el ranking del mundo, aunque todavía distaba dentro de su trayectoria, aquel séptimo lugar en los Juegos Olímpicos de 1992.

 “Cuando jugué en los Juegos Panamericanos estábamos en Estados Unidos, y los Juegos Olímpicos de 1984, también se llevaron a cabo en Estados Unidos, de manera que esto fue lo más parecido a estar cerca de nuestro hogar,” agrega Mollenhauer preguntada acerca de cómo se siente jugar en su país.

“Afortunadamente recibimos un gran apoyo de nuestras familias. Independientemente que juegues un partido bueno o malo, sabes que miras hacia las tribunas y allí está tu apoyo.”

Mollenhauer no solo está en Toronto para devolver y alentar al contingente canadiense, pero también está marcando el camino para el futuro. La joven Anna Mollenhauer, hija de Nancy, está en las tribunas sudando cada competencia internacional. Todavía en la escuela secundaria, Anna le ha demostrado a su madre sus talentos, fue recientemente incorporada al “Canadian Junior Development Squad” (Plantel Junior de Desarrollo de Canadá) y consistentemente subiendo en el ranking entre las primeras, en la categoría de menores de 18 años en su provincia.

 “Tengo la piel de gallina cada vez que pienso en las posibilidades,” dijo Nancy acerca del potencial de Anna para una carrera internacional en el hockey. “Ella ama cada minuto que se involucra en los programas en British Columbia, y la oportunidad de ser miembro del “Canadian Junior Development Squad a su edad, es un sueño convertido en realidad.”

 “Yo ni siquiera había estado expuesta al hockey internacional a su edad, de manera que es una oportunidad espléndida para ella. Para mí, es el sueño hecho realidad (el verla con la oportunidad de representar a Canadá), como sería para cualquier madre, pero es aún más especial por el hecho que está disfrutando como jugadora de hockey sobre césped. Es un gran placer.”

La carrera internacional de Mollenhauer, abarcó desde 1982 a 1989, y una vez más tendrá un trato preferencial en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. El 18 de julio, Molenhauer será introducida en el “Field Hockey Canada Hall of Fame” (el salón de la fama del hockey sobre césped de Canadá). En la introducción, que consta de dos partes incluye la inauguración de dos categorías de clasificación de ocho personas, cuatro atletas, cuatro constructores y un pionero.

 “Es un increíble honor” fue el tema continuo de Mollenhauer. “ Soy solo un nombre y un rostro que se introduce pero con esto llevo a cientos de personas conmigo, comenzando con mi madre y mi padre, mi hermano, hermanas y mi familia cercana, mis amigos, la comunidad de Victoria, la Universidad de Victoria, la provincia de British Columbia, es una lista muy, muy larga, un pueblo entero. Fui muy afortunada de tener una red de contención increíble y un pueblo que me apoyó a lo largo de los años.”

Los planteles de Canadá 2015, participaron de un solo partido en Toronto hasta ahora y ver esos equipos y escuchar el himno nacional son imágenes muy fuertes para Mollenhauer.

 “Todo se trata de las relaciones,” respondió Mollenhauer acerca de su momento favorito como atleta internacional. “Ganas partidos. Pierdes partidos. Ganas medallas. No ganas ninguna medalla. Al finalizar el día, retrospectivamente, el legado que quieres dejar como jugadora, es creo yo, la manera como representas a tu país, a ti mismo, tu familia y tu red de contención.”

“Regreso a Toronto, y veo rostros que son tan familiares para mi, y esas son las mujeres con quienes he jugado, que obviamente guardamos mutuamente un lugar especial en nuestros corazones, y será así por el resto de nuestras vidas.”