Lauren Crandall, Katelyn Falgowski y Melissa Gonzalez (EE.UU)

Tres jugadoras de la selección de Estados Unidos han celebrado su hito respecto a los partidos internacionales, en Valencia. PAHF habla con ellas durante las semifinales de la Liga Mundial de Hockey en Valencia.

Para Lauren Crandall, Katelyn Falgowski y Melissa Gonzalez, el segundo partido de zona contra Sudáfrica en las semifinales de la Liga Mundial de Hockey en Valencia, fue un momento especial. Entre las tres tienen en su haber un total de 600 partidos internacionales jugados. Lauren Crandall, Kate Falgowski and Melissa Gonzalez celebran la participación en 250, 200 y 150 partidos internacionales respectivamente. Nos ponemos al día con las jugadoras en la víspera del partido.

“Recuerdo vagamente mi primer partido internacional,” dice Melissa. “Todo sucedió como un torbellino. Yo estaba realmente consciente de las talentosas jugadoras que tenía alrededor, y no quería decepcionar a ninguna de ellas. Es aún uno de los momentos más destacados de mi carrera, pero se terminó muy rápido.” A rigor de verdad, el primer partido internacional donde Melissa participó, fue en Valencia también, pero aquella vez, Estados Unidos estaba del lado perdedor.

Teniendo en cuenta cuán lejos este equipo ha llegado, Lauren Crandall, hace algunos comentarios sorprendentes cuando recuerda sus primeros partidos como miembro de la selección nacional. Crandall es conocida por su manera frontal de hablar y su confianza como capitana, y a muchas personas les sorprendería saber que en los primeros partidos con la selección ella se veía a sí misma como “definitivamente la peor jugadora del equipo”.  “Me pateaba el trasero cada vez que jugaba, pero amaba lo que hacía. Me hizo dar cuenta cuanto podía aprender y el potencial que tenía para mejorar.” Lauren dice que en su opinión,   Natascha Keller de Alemania, sigue siendo la mejor jugadora de todos los tiempos. “Ella tiene la habilidad de hacerme ver tan estúpida a veces.”

Quienes están cerca de la defensora, ciertamente conocen su no tan secreta ambición, aquella que viene acuñando a lo largo de su carrera: “Quiero jugar en el medio campo. Le dije a Craig (Parnham) y todo el mundo lo sabe.” Llegado este momento ella hace una mueca en fingida desesperación, “pero sé que es mejor para el equipo que siga jugando como defensora.”

Kate Falgowski, quien estuvo ocho meses inactiva a causa de un golpe en su cabeza en 2010, dice que está sorprendida de lo que ha sucedido en estos 10 años. Ella debutó en 2005, el mismo año que Lauren. “Si yo pudiera darme un consejo como joven, sería el de disfrutar el momento. Yo creo que es importante como jugadora joven, saber que todo va a marchar bien. Uno puede estar tan envuelto en preocupaciones que se olvida de disfrutar.”

Ella reflexiona acerca de estos 10 años: “Solíamos ser el equipo que trabajaba duro y que se recuperaba rápidamente de una derrota. Pienso que ahora tenemos más destreza técnica y concientización: no somos solamente un “equipo de trabajo duro”, aunque así es todavía la forma en que tienden a referirse cuando hablan de nosotras.”

Melissa concuerda. Ella ganó su primer partido internacional en 2010 y habla de su experiencia. “Yo no sé si me daba cuenta en qué me estaba metiendo, y carecía de confianza en los primeros partidos. Ahora tengo la experiencia de reconocer situaciones y manejarlas. Pero todavía me gusta mantener una perspectiva nueva sobre las cosas. Ya han pasado cinco años, y eso, es importante.”

Las jugadoras tienen recuerdos claros y emotivos de sus mejores y peores momentos en la cancha.

“Para mí, uno de los mejores momentos fue haber sido elegida para Londres 2012,” dice Melissa. “Cuando fui seleccionada, abracé a todo el mundo, fui afuera a sentarme en las escaleras y comencé a llorar. Mi familia estaba esperando. Me podían ver, pero no les mostré “los pulgares arriba”, de manera que no sabían si lloraba de alegría o de desesperación. Cuando me dijeron que estaba en el plantel, no esperé a escuchar nada más, solo abracé a todos los que estaban cerca.”

La alegría que sintió Melissa en Londres eventualmente, se convirtió rápidamente en desesperación, y ella junto con Kate citan a los Juegos de 2012 como uno de los peores momentos. “Perdimos frente a Sudáfrica y frente a Nueva Zelanda, seguíamos yendo a estos partidos con grandes esperanzas para luego quedar por el piso,” dice Kate un poco apenada con el recuerdo.

“Si,” concuerda Melissa.  Así es como lo recuerdo. Perdimos un partido y realmente estábamos convencidas que ganaríamos el siguiente. Perdimos nuevamente, y pensábamos que ganaríamos la próxima vez. Quizás, no jugamos bien, pero seguramente no podrán decir que no somos resilientes. Yo creo que lo nuestro es el “poder de recuperación.”

El peor momento personal en la carrera de Lauren, fue más temprano. “Estábamos en el año

2010, nos habíamos estado preparando para jugar contra Corea en el torneo clasificatorio para la Copa del Mundo. En cada corrida, en cada sesión en la cinta, yo estaba mentalizada para derrotar a Corea. No creo haberme entrenado con ese tipo de meta en un equipo nunca antes.”

Lo que sucedió después, todavía le provoca pesadillas. “Me sacaron tarjeta amarilla en los últimos minutos del partido, y yo estaba fuera del campo de juego cuando Corea anotó su tercer gol y quedamos 3-1. Lloré y lloré.”

Las tres jugadoras recuerdan los Juegos Panamericanos de 2011, y el triunfo sobre Argentina, como uno de los mejores momentos vividos a lo largo de sus carreras en el hockey. “Habíamos trabajado tanto tiempo para eso,” dice Kate. “Cuando ganamos, estaba tan abrumada. Aún hoy, me da piel de gallina cuando lo recuerdo.”

“Cuando se silenciaron los tambores argentinos, supimos que lo habíamos logrado,” agrega Lauren.

Las tres jugadoras hablan mucho sobre la cultura que rodea al equipo de Estados Unidos. “Pienso que después de Londres, había una gran transición por llevar a cabo,” dice Lauren. “Siempre habíamos sido vistas como el equipo de trabajo duro, pero necesitábamos ascender a un nivel superior y convertirnos en un equipo técnicamente profesional y de percatación táctica también. La cultura que tenemos hoy, es impulsada por las jugadoras. Después de Londres, muchas jugadoras se alejaron por un tiempo, y aquellas que volvieron, sabían que tenían que adherir a la nueva cultura. A todas nos tomó algo de tiempo decidir que queríamos seguir haciendo sacrificios.”

“Estoy de acuerdo con el término sacrificio,” dice Kate. “Pero hay algo contagioso en eso. Si ves a tus compañeras trabajando realmente duro, entonces no puedes quedarte sentada pasándola bien. Es un poco desenfadado decirlo, pero cada carrera, cada corrida que haces, tratas de superar a la persona próxima a ti.”

“Creo que cuando juegas para tu país, haces sacrificios. Todas ponemos a nuestras carreras y familias a un lado, y no nos pagan como profesionales. Invertimos mucho para jugar, de manera que no tiene sentido no adherir completamente a la cultura. Para llegar al sitio donde queremos estar, se necesita estar completamente comprometidas,” dice Lauren.

“Yo sé que cada vez que suena el himno nacional, me pongo sensible y se me llenan los ojos de lágrimas,” dice Melissa. “Estas dos,” dice, señalando a sus colegas avezadas en partidos internacionales, “generalmente derraman algunas lágrimas.”

Y casi como si fuera un guión de Hollywood, tanto Kate como Lauren llegaron a la red de la portería con un 4-1 contra Sudáfrica, un resultado que pone a Estados Unidos en los cuartos de finales, y un paso más cerca de la clasificación para los Juegos Olímpicos.