Adam Miller está avezado en materia de obligaciones internacionales. El jugador de 23 años jugó para Inglaterra en nivel junior, representando al país en M16, M18 y M21, pero luego decidió competir en el equipo de Estados Unidos, gracias a su doble nacionalidad. El defensor ya ha participado en 30 partidos internacionales y se siente como en su casa entre sus compañeros.

Miller debutó con el equipo de Estados Unidos el año pasado, en una serie de test matches contra México, Chile y Argentina. Recuerda que estos test matches han sido la mejor experiencia que ha tenido y disfrutado hasta el momento, y declara que su ambición es jugar en los Juegos Olímpicos como miembro del equipo de Estados Unidos.

Nos pusimos al día con Miller un mes antes de que los miembros del equipo de Estados Unidos se reúnan para los preparativos finales de cara a los Juegos Panamericanos en julio. Nos habló acerca de la vida de un atleta de elite, y sus implicancias.

Actualmente mi base es Cambridge, al Este de Inglaterra. Un día típico para mí comienza a las 6 de la mañana, ya que tengo que viajar a Londres por trabajo. Entreno por la tarde después de mi actividad laboral. Lunes, miércoles y viernes voy al gimnasio. Estas sesiones son diagramadas por Pete Gorka, (el coach de fuerza y acondicionamiento físico del equipo de Estados Unidos), y trato que sean lo más variadas posibles. Luego de algunas lesiones en las temporadas pasadas, mi foco está puesto primordialmente en que las sesiones del gimnasio se centren en el fortalecimiento físico y prevención de lesiones.  Aunque me concentro en trabajo de fuerza también, no le serviría al equipo si me lesiono, es por eso que éste es mi objetivo principal.”

Acomodar el entrenamiento a los ajetreados horarios de trabajo puede tener sus consecuencias negativas en el desempeño de cualquier atleta, y Miller es consciente que necesita consumir los alimentos adecuados para una performance óptima durante las prácticas. Antes de partir de su casa a la capital, él come un plato de avena, yogurt griego, azúcar negra y arándanos. En el camino a su trabajo lleva un batido de proteínas, y más tarde en la mañana come una colación de fruta, nueces o galletas.

Todos los atletas reciben el consejo del USOC Sports Nutrition Team (el equipo de nutrición del Comité Olímpico de Estados Unidos), y Miller dice que el bocado favorito del equipo de nutrición es el de granola con manteca de almendras. Las almendras son reconocidas por ser fuente de vitamina E, proteínas y fibra, y se piensa que este bocado ayuda a los atletas al fortalecimiento de sus huesos y la rápida recuperación de las lesiones. Con su propio historial de lesiones, la dieta diaria de Miller requiere altas cantidades de proteínas, consume más alimentos proteicos en la tarde y un batido de proteínas con su comida de la noche.

Como consecuencia de vivir y trabajar en Inglaterra, Miller tiene que entrenar mayormente por su cuenta o con los compañeros de su club. El explica cómo es la carga de trabajo en el entrenamiento.

 “La víspera de los Juegos Panamericanos es desafortunadamente fuera de la temporada de juego respecto de Inglaterra, lo que hace difícil un entrenamiento en equipo periódico y regular. Voy al campo habitualmente todos los martes y jueves, donde completo una sesión MAS (Máxima Velocidad Aeróbica) que es regulada por mi puntaje de 30:15 (esta es una prueba de aptitud que calcula la salud cardiovascular del deportista. Mide la capacidad y rapidez de recuperación del atleta después de un despliegue de actividad de gran cantidad de energía. Está diseñada para proveer medidas de seguridad en determinados deportes que incluyen muchas acciones de arranque y parada, como es el caso del hockey), antes de practicar las habilidades con el palo por mi cuenta u otros ejercicios más complejos con algunos amigos que les apetezca venir. La filosofía de nuestro equipo en los preparativos para los Juegos Panamericanos ha sido “Ningún Día Libre”, es por eso que hago 30 minutos de mantenimiento por día como estiramiento, elongación, y ejercicios focalizados. Cuando llegue junio, me uniré al plantel para un entrenamiento de tiempo completo con ellos para prepararnos para los Juegos Panamericanos de julio.”

Un punto en común entre los jugadores del equipo de Estados Unidos, tanto masculino como femenino, es la importancia de la pertenencia al equipo, y que el equipo siempre sea prioridad. Miller no es una excepción: “Nuestra meta principal cuando jugamos partidos es que cada individuo comprenda el rol que tiene dentro del equipo. Entonces el objetivo individual es ocupar y cuidar ese rol exclusivamente. La creencia del plantel es que tendremos éxito si jugamos para el equipo, cada uno haciéndose cargo de su rol. Ningún entrenamiento individual, o fuera del plantel te puede preparar para saber tu rol y jugarlo dentro del equipo. Es por esto que estar con los compañeros del equipo en los preparativos antes de una competencia es extremadamente importante. Además, es la razón principal de los deportes en equipo, y particularmente jugar para este plantel es tan divertido.”

Cuando se pasa mucho tiempo en compañía de los jugadores del equipo, uno se transforma en una suerte de familia extendida. Miller dice que cuando se trata de compartir preocupaciones, miedos o cuestiones personales, él siente que puede confiar en cualquiera de sus compañeros o entrenadores. “El plantel es muy comprensivo, honesto y abierto hacia los demás…casi demasiado abierto”, se ríe. “Esto definitivamente, se ha desarrollado en forma natural después del largo período de relax en San Diego todos juntos el último verano, pero también hemos practicado teniendo debates abiertos y honestos durante las reuniones de equipo.”

A pesar de vivir en Cambridge y trabajar de 9 a 5 de la tarde, Miller todavía siente que su vida como atleta podría convertirse en algo así como vivir en una burbuja. Esto es frecuente entre los atletas, que tienen la sensación de estar alejados de la vida cotidiana. Salir con los compañeros, disfrutar de unas pocas cervezas y vivir una intensa vida social, no va de la mano con el estilo de vida que demanda ser un atleta de elite. Miller concuerda: “A veces miro por fuera de la burbuja y veo lo que ocurre en el mundo. Es lo único que hace difícil jugar hockey sobre césped. Todos los días hay algo que me recuerda que me estoy perdiendo algo que mis amigos y colegas del trabajo están haciendo.”

 “Pero, al final, yo establecí mis metas personales en el hockey, y como plantel trazamos las metas del equipo, y estoy resuelto a dejar todo lo que tengo para lograr esto. Entonces diría que en vez de estar asustado pensando en cómo sería la vida sin el hockey, miro hacia el futuro pensando que haré algunas de las cosas que hoy me estoy perdiendo cuando no pueda jugar más.”

El equipo de entrenadores de Estados Unidos trabaja intensamente para asegurar que los atletas disfruten de su tiempo dentro de la “burbuja del hockey”. Cuando el equipo no está practicando los llamados “ejercicios de construcción de equipo” el plantel completo hace cosas “normales”, como ir a restaurantes, cursos de golf o la playa. “Una actividad particularmente predilecta es cuando vemos la película Top Gun antes de un torneo, yo probablemente respaldaría a mis compañeros Mo Gandi y Mickey Barminski para que reciten la película entera,” dice Miller.

Cuando se trata de un tema serio como es un día de partido, Miller dice estar contento de haber establecido una rutina que le resulta efectiva. El es consciente de su impulsividad, y dice que necesita trabajar todavía para mantener sus emociones a raya, pero una rutina previa al partido es todo parte del proceso.

 “Comencé una rutina bastante buena el último verano en los preparativos antes de enfrentarnos en los partidos amistosos con Argentina, Chile y México. Y trato de apegarme a esta rutina lo más que puedo, ya que sé, funciona para mí. Apunto a dormir nueve horas, y despertarme por lo menos cuatro horas antes del partido. Idealmente, me gusta realizar algo de activación muscular en el gimnasio, que me despierta y me hace concentrar desde un principio. Después, como un desayuno bastante abundante de avena, huevos y fruta. A algunas personas no les gusta comer mucho antes de un partido, pero yo detesto sentir hambre antes de empezar a jugar. Normalmente, al desayuno lo sucede la reunión con el equipo, luego de la cual me pongo los auriculares y escucho música “disco” a todo volumen mientras hago los ejercicios de estiramiento y elongación, con banda elástica. Tomo un café y alguna colación alrededor de una hora antes del partido y reviso mentalmente las tácticas elegidas.”

 “Puedo ser bastante supersticioso, por lo tanto me gusta asegurarme de apegarme a la rutina previa al partido lo más que puedo, esto ayuda a calmar mis nervios y me garantiza que hice todo lo necesario para prepararme de la mejor manera posible. Si me pongo nervioso, entonces recuerdo de mantener las cosas en forma simple y repaso mentalmente mi rol en el equipo. Los entrenadores, definitivamente han ayudado en este aspecto, ya que el entorno de juego es tal, que salimos a jugar como si no tuviéramos preocupaciones.”