Kwan Browne (Trinidad & Tobago) y Katie O’Donnell  (EE.UU.)

Katie O’Donnell está transformándose rápidamente en la más temida goleadora de la escena del hockey femenino. Llamada “the Burglar” (ladrona) por otros países, la atleta norteamericana emerge en el campo infaliblemente anotando goles, y más recientemente se puso en evidencia cuando su equipo venció a Argentina, sus rivales en los Juegos Panamericanos, en un convincente 3-0 en el Campeonato de 8 Naciones en Hawkes Bay, Nueva Zelanda.

La victoria sobre Argentina es muy oportuna para el equipo de Estados Unidos, ya que es extremadamente factible que coincidan en dos ocasiones en los meses venideros, primero en las semifinales de la Liga Mundial de Hockey, y después en los Juegos Panamericanos. Esta victoria le dará al equipo mucha confianza para enfrentarse en estos importantes encuentros.

Como todas las otras atletas que juegan actualmente para el equipo de Estados Unidos, O’Donnell, o “O’D” como es llamada entre las integrantes del plantel, ella habla del fuerte lazo que las une, y mientras otros equipos se jactan de su trabajo de equipo y amistad entre jugadoras, con los Estados Unidos uno tiene la sensación que éste es el verdadero núcleo de su ética. Si se consulta a cualquier atleta de Estados Unidos la razón de su gran progreso en los últimos años, la respuesta será inequívoca, se debe a su fuerza colectiva y trabajo duro del equipo.

Un hombre que sabe de la importancia de trabajar en equipo es Kwan Browne, de Trinidad & Tobago. A diferencia del equipo de Estados Unidos que entrenan juntas todos los días, Browne y su equipo están dispersos por el mundo y solo pueden encontrarse para entrenar juntos por períodos de práctica intensivos de vez en cuando. Pero Browne, que ha jugado más de 300 veces para Trinidad & Tobago, es muy optimista respecto de las oportunidades que tendrán en los Juegos Panamericanos. Con su propio pedigrí de hockey y excelencia en coaching, siendo un gran influyente en su equipo, no tiene dudas que Trinidad & Tobago estará mezclado con los equipos líderes hasta que suene el último silbato.

A pesar de la relativa baja posición de Trinidad & Tobago, el puesto 29 del ranking del mundo, Browne es una leyenda viviente en los círculos del hockey. En el Reino Unido, es el Asistente del Coach del equipo M21 de Inglaterra y Técnico de la primera división de la Liga Nacional de Canterbury, además en 2012/13 ganó el premio de Coach del Año.

Browne ha sido el pilar del equipo nacional por más de 18 años, jugando en cuatro Juegos del Commonwealth, en cuatro Juegos Panamericanos y tres competencias por la Copa Panamericana. Este será su último año en los Juegos Panamericanos, y su última oportunidad de ayudar a su equipo obtener lo más preciado, un lugar en los Juegos Olímpicos 2016.

El habla de cómo se ha desarrollado el hockey en Trinidad &Tobago a lo largo de las últimas dos décadas. “Yo fui el primer jugador masculino en dejar el país con una beca para jugar y estudiar en Inglaterra. Tuve un primer año exitoso jugando para mi universidad y jugando en la Primera División de la Liga de Inglaterra”, dice.

“Como consecuencia de esto, la Universidad le ofreció a otro jugador de Trinidad & Tobago una beca, que también fue un éxito. Al siguiente año, se ofrecieron otras tres becas. El resultado fue que para el momento que yo recibí mi primera paga cinco años después, Trinidad & Tobago tenía siete jugadores estudiando y jugando en un alto nivel en Inglaterra. Esto transformó el nivel del equipo nacional, ya que todos aprendimos mucho y pudimos traer nuevas ideas al volver a nuestro país. Luego, clasificamos en la Copa del Mundo de Hockey Indoor en Viena, y tuvimos la oportunidad de atraer interés de los más destacados entrenadores holandeses. Los conocimientos que impartieron estos coaches, resultaron en nuestro desarrollo técnico, táctico y mental.”

A medida que los conocimientos sobre el hockey fluyeron hacia el país, los jugadores comenzaron a fluir hacia el exterior. Así como en Inglaterra, los miembros del equipo nacional de Browne, empezaron a jugar en España, Alemania y otros países de Europa. Eventualmente, el crecimiento del deporte, interesó al gobierno de Trinidad & Tobago, quien invirtió dinero en el hockey, y como resultado, el plantel podía reunirse más a menudo para entrenar, viajar por el mundo y poder jugar contra algunos de los mejores países.

Los compromisos como coach en el Reino Unido, hacen que Browne planifique sus tiempos cuidadosamente. “Como nuestros campeonatos se llevan a cabo normalmente en el verano, generalmente no afectan mis compromisos con el club. De todas formas, este último año ha sido un desafío, ya que estuve trabajando como asistente del coach para el equipo de M21 masculino de Inglaterra y el equipo de Desarrollo Masculino para Mayores de Inglaterra, y además tuvimos unos cuantos campamentos  y torneos durante el año. La planificación anticipada ha sido crucial, así organizaré para volver a Trinidad & Tobago cuando sea posible y permanecer 10 días en campamentos intensivos.”

El hecho de que Browne está trabajando con otra selección, ha sumado beneficios para el equipo de Trinidad & Tobago como Browne explica: “Tengo la posibilidad de actualizarme con las últimas novedades en el deporte, para luego poder trasmitirlas en los campamentos intensivos. A veces, el técnico del equipo de Trinidad & Tobago viene a Inglaterra y permanece aquí por tres o cuatro meses observando al equipo de la Liga de Primera División y obteniendo información de algunos de los entrenadores”

El más grande de los obstáculos que Trinidad & Tobago tiene que afrontar, es el de la inconsistencia de los fondos otorgados por el gobierno, que hace muy difícil la planificación a largo plazo. “Cuando tuvimos fondos estables, saltamos al puesto 18 del ranking, estábamos desempeñándonos muy bien y teníamos la esperanza de llegar a estar entre los primeros 15. Con financiamiento los jugadores pueden recibir una paga y tener parte de sus gastos de viaje cubiertos. Mientras que los jugadores no recibieron paga, ésta fue razón suficiente para jugar y entrenar duro”, dice Browne.

“De todas formas, ahora que los fondos son ad hoc, los jugadores se ven forzados a tomar trabajos de tiempo completo, entonces buscar tiempo disponible se ha transformado en un problema mayúsculo. No tenemos miles de jugadores de donde elegir, de manera que si nos faltan unos pocos jugadores claves para algunos campeonatos, se traduce en un impacto masivo en nuestra calidad. Los Juegos Panamericanos de julio, serán la primera oportunidad en 8 años que todos los jugadores estarán disponibles, es por ello que estamos todos muy entusiasmados.”

El equipo de Estados Unidos está en una situación muy diferente que Trinidad & Tobago. El equipo entrena junto casi todos los días, y las jugadoras del plantel son atletas de tiempo completo. Hablando sobre el viaje del equipo norteamericano a Nueva Zelanda, O’Donnell explica porque siente que Estados Unidos está en la posición de desafiar a cualquiera de los mejores equipos del mundo, comenzando por sus rivales en los Juegos Panamericanos, Argentina. “En los últimos 10 años, he visto crecer al equipo tanto. Estamos continuamente compitiendo contra los mejores equipos del mundo, empezando por nuestras rivales de los Juegos Panamericanos, Argentina. En el último año empatamos cuatro veces, perdimos una, y les ganamos dos veces. El récord habla por sí mismo. Estamos luchando por ser las número uno en el continente americano.”  

Estados Unidos tiene dos chances este año de clasificar para los Juegos Olímpicos 2016. Primero en las semifinales de la Liga de Hockey del Mundo en Valencia, y después en los Juegos Panamericanos. “Desearía ser una adivina para poder predecir los resultados de estos torneos”, dice O’Donnell, “Pero estamos entrenando sin respiro para estar en punta en los dos torneos clasificatorios. Yo prefiero el lugar donde tengamos la habilidad de convertir nuestros sueños en realidad.”

Pero entonces, ¿qué hizo que Estados Unidos se dispare y ascienda de la posición 11 del ranking mundial en junio de 2014, al actual puesto número 5?

“Honestamente yo atribuyo toda nuestra fortaleza a un equipo muy completo. Tenemos algunas jugadoras que son demencialmente rápidas, otras verdaderamente habilidosas, grandes comunicadoras, y también jugadoras que pueden correr por días. A fin de cuentas, cuando jugamos juntas, cada una trae su fuerza personal, para después alimentar al equipo.” Como entrenamos enfrentadas cada día, necesitas poner todo el esfuerzo para estar a la altura de la fortaleza de tus compañeras, o entrenar exitosamente se hará difícil.”

Cuando se trata de sus virtudes personales, O’Donnell dice que se ha desarrollado tácticamente y técnicamente en los últimos dos años al punto que se siente una jugadora “senior” dentro del equipo. “Siento que mi mayor virtud es la de ejercer presión. Somos un equipo de ataque, y si tengo una pequeña partcipación ayudando a conseguir la pelota para poder atacar, siento que estoy contribuyendo al éxito del equipo.”