Los dos equipos europeos se escurrieron de los cuartos de finales con estrechas victorias sobre EEUU y Chile, y era difícil predecir desde los primeros instantes del partido que equipo emergería como ganador y clasificaría para la próxima ronda de la Liga Mundial.

El juego era parejo pero ciertamente no tan intenso ni estructurado como la semifinal previa entre Irlanda y Canadá.  Hubo muchas fases que se jugaron caminando, como si los jugadores intentaran preservarse del calor de la tarde californiana. Austria trató de imprimir velocidad a su juego pero los rusos parecían satisfechos pasando la pelota en su defensa esperando que se materializara un hueco.

Ni Mateusz Szymczyk en el arco austríaco ni Marat Gafarov para Rusia tuvieron que intervenir hasta el minuto 27 cuando Benjamin Stanzl creó peligro en el círculo ruso luego de una larga corrida por el lateral izquierdo. Austria se hizo de un corner corto y Julius Heimans no desperdició la oportunidad para romper el cerrojo y retirarse a la pausa con una ventaja de 1-0.

Rusia niveló justo después del medio tiempo con un tiro penal bien ejecutado por  Igor Siniagin y los dos equipos nuevamente estaban empatados. Los rusos mantuvieron su ritmo y obtuvieron un corner corto que resultó en una confusa situación frente al arco austríaco, pensaron que habían anotado pero su celebración se aguó cuando el árbitro indicó que había individualizado una falta anterior.  

Bajo la creciente presión rusa, Austria no pudo mantener la posesión de la pelota lo suficiente para desarrollar jugadas peligrosas. Por otro lado, los rusos que olían la posibilidad de un resultado positivo, estaban encima de cada pelota creando inmediatamente situaciones de peligro. La intensidad del juego creció con la urgencia de anotar pero parecía que los jugadores se habían quedado sin energía y muchos errores no forzados cortaron el ritmo de juego.

Finalmente, en un último intento Rusia obtuvo un tiro penal  ... con cuatro segundos restantes en el reloj. Increíblemente el portero austríaco  Mateusz Szymczyk salvó el intento empujando al partido a la competencia de penales -- shoot-outs. Austria fue más certero que los rusos (4-2) y se escurrieron a la final haciéndose de un lugar en la próxima ronda de la Liga Mundial.